Post by Robie on Oct 5, 2007 11:56:06 GMT -3
Después de casi dos semanas, me doy cuenta que ha sido un proceso interesante estar aquí en Buenos Aires con la maestra 24X7.
En febrero, estaba acá un mes entero y creo que hablé muy poco. O sea hablé muy poco en español. En la última semana, seguramente hablé más que en la primera. Pero este viaje, he hablado casi todo en español hasta el momento que llegué. Vine por dos semanas y en la primera semana, estaba orgullosa de que podía hablar de casi todo aun si como una niña. Hablé mucho con muchas pausas, pero no me importaba porque estaba hablando y aprendiendo.
Ahora, en la segunda semana, todavía hablo totalmente en español. Pero estoy un poco frustrada porque ahora me doy cuenta de que hablo como una niña. Sí, es lo mismo – o sea aún mejor - que la semana pasada pero soy al punto de frustración porque quiero hablar mejor. Quiero atravesar y desestancarme. Quiero hablar con oraciones enteras y no solo en frases. (Si, claro. Tengo mucha paciencia.)
La verdad es que estoy aprendiendo tanto y he mejorado enormemente. Es diferente estar en un país donde la gente habla español y vivir con algunos por un rato. No se puede hablar solo de cosas como de que quieres comer con el mozo ni de donde quieres ir con el taxista. Con los taxistas/mozos, no se habla tanto sobre las mascotas y verbos que describen las acciones de los gatos, perros, tortugas y peces. Con los taxistas/mozos, no se habla tanto de los artículos en los diarios ni se puede hablar de las actividades de las vidas cotidianas ni los artículos que son importantes día por día en la casa. Es así que los niños aprenden y no por los libros. Y como adultos, perdimos mucho de este tipo de inmersión si solo aprendimos por los libros y/o audio programas.
Cuando fuimos a Iguazú para ver las cataratas, filmamos unas secuencias filmadas para hacer un video podcast. Van a ver próximamente el podcast y van a verme hablando. ¡Qué horror! Comité muchos errores y a veces me di cuenta y a veces no. Es el proceso de aprendizaje (y lo odio). Pero no me molesta mucho porque voy a verlo a pesar de un año y reírme.
En febrero, estaba acá un mes entero y creo que hablé muy poco. O sea hablé muy poco en español. En la última semana, seguramente hablé más que en la primera. Pero este viaje, he hablado casi todo en español hasta el momento que llegué. Vine por dos semanas y en la primera semana, estaba orgullosa de que podía hablar de casi todo aun si como una niña. Hablé mucho con muchas pausas, pero no me importaba porque estaba hablando y aprendiendo.
Ahora, en la segunda semana, todavía hablo totalmente en español. Pero estoy un poco frustrada porque ahora me doy cuenta de que hablo como una niña. Sí, es lo mismo – o sea aún mejor - que la semana pasada pero soy al punto de frustración porque quiero hablar mejor. Quiero atravesar y desestancarme. Quiero hablar con oraciones enteras y no solo en frases. (Si, claro. Tengo mucha paciencia.)
La verdad es que estoy aprendiendo tanto y he mejorado enormemente. Es diferente estar en un país donde la gente habla español y vivir con algunos por un rato. No se puede hablar solo de cosas como de que quieres comer con el mozo ni de donde quieres ir con el taxista. Con los taxistas/mozos, no se habla tanto sobre las mascotas y verbos que describen las acciones de los gatos, perros, tortugas y peces. Con los taxistas/mozos, no se habla tanto de los artículos en los diarios ni se puede hablar de las actividades de las vidas cotidianas ni los artículos que son importantes día por día en la casa. Es así que los niños aprenden y no por los libros. Y como adultos, perdimos mucho de este tipo de inmersión si solo aprendimos por los libros y/o audio programas.
Cuando fuimos a Iguazú para ver las cataratas, filmamos unas secuencias filmadas para hacer un video podcast. Van a ver próximamente el podcast y van a verme hablando. ¡Qué horror! Comité muchos errores y a veces me di cuenta y a veces no. Es el proceso de aprendizaje (y lo odio). Pero no me molesta mucho porque voy a verlo a pesar de un año y reírme.